domingo, 5 de marzo de 2023
martes, 27 de julio de 2021
Denuncia
Exigimos a todas las autoridades que actúen ante la destrucción por odio de los poemarios Yehohanán y Miasma de Janitzio Villamar.
jueves, 20 de agosto de 2020
martes, 19 de enero de 2016
lunes, 4 de abril de 2011
miércoles, 30 de junio de 2010
Ensayo publicado originalmente en la revista Cariátides, de Tamaulipas
Bram Stoker o el renacimiento del vampirismo
Janitzio Villamar
Bram Stoker, creador de la novela Drácula (1897), que adquirió renombre internacional por la gira teatral emprendida por su autor y un pequeño grupo de actores, es creador de muchos otros relatos, tan interesantes como aquél. Sus temas, por supuesto, no son aleatorios, son parte de una tradición, en la que el mismísimo Drácula se halla inserto, de allí la fantástica mezcla entre el mito de Vlad Tepes, el empalador y la mística de la novela. Esta tradición a la que me refiero es la búsqueda de lo sobrenatural, emprendida por muchos autores de manera articulada, es decir, en conjunto. Aparentemente, cada uno tuvo sus causas, pero....
En la biografía de Tolkien, escrita por Daniel Grotta (Planeta, 1982), el autor nos revela el mundo subterráneo de Cambridge y Oxford, la verdadera causa del florecimiento literario inglés, ese intercambio de opiniones e investigaciones, esa convivencia entre los escritores. Los clubes o sociedades secretas, a las que son admitidos muy selectos miembros, forman parte de la vida literaria inglesa. En 1887 se funda la Golden Dawn in the Outer, sociedad a la que pertenecieron destacados miembros como William B. Yeats, quien obtuviera en 1923 el Premio Nobel de Literatura, Arthur Machen, celebradísimo por Borges, autor de Los tres impostores, Algernon Blackwood, a quien Lovecraft describe como irregular pero genial, Sax Rohmer, creador del personaje Fu-Manchú, Arthur Conan Doyle, que no necesita máyor presentación, Stevenson, el de La isla del tesoro, pero también Virginibus purisque, Haggard, creador de Las minas del rey Salomón y muchos otros. En ellos hay temas recurrentes. Por ejemplo, Stoker toca el tema egipcio en La joya de las siete estrellas (1903), Conan Doyle en Lote n° 249 (c. 1894) y El anillo de Thoth (c. 1894), relatos, y Rider Haggard en La hija de Amón (c.1890) y Cleopatra (1889). Muy cercanas en el tiempo, ¿o no?
A partir de Drácula (1897), surgen numerosas obras que continúan el mito, hasta llegar a los excesos de Saberhagen: The Dracula Tapes, The Holmes-Dracula File, Thorn, An Old Friend of the Family, A Matter of Time y A Question of Time, novelas en que Drácula vuelve a las andanzas, en ocasiones luchando contra nada más y nada menos que Sherlock Holmes. Sin embargo, el caso más interesante proviene del mismo Stoker. Cuando en 1914 su esposa, a dos años de la muerte del Bram Stoker, publica Dracula´s Guest, los editores de inmediato la declaran el principio perdido de Drácula y lo bautizan precisamente así: Dracula´s Guest. Tiempo después, los críticos reconocen que el relato es independiente de la novela, aunque todavía suela editársele como parte de Drácula.
Otro relato de Bram Stoker, y por cierto no menos célebre entre los expertos y los fans, es La madriguera del gusano blanco (1911), excelente novela de género preternatural. No vale la pena resumirla, resulta mejor recomendarla; hay una edición española en Forum, Biblioteca del Terror, 30 (Madrid, 1984). De La joya de las siete estrellas, ya mencionada, existe una edición en Forum, Círculo del Crimen, 93 (Barcelona, 1984). Para La dama del sudario, el Club Diógenes, 71 (Valdemar, 1997). Hasta aquí las novelas. De los relatos, existen ediciones como la de Cuatro veladas con Bram Stoker, autor de Drácula en Nostromo, 26 (Madrid, 1975), que incluye La boca del río Watter (1893), El entierro de las ratas (1895), Las arenas de Crooken (1898) y El secreto del oro creciente (1898), todas muy interesantes. En particular se puede recomendar El entierro de las ratas. De la mencionada Dracula´s Guest, traducida al español como El invitado de Drácula se recomienda la edición incluida en Vampiros, de Ediciones Siruela (Madrid, 1992). Por último, se puede encontrar La casa del juez, magnífica también, en la antología Relatos de miedo de Bruguera, Todolibro 29 (Barcelona, 1980).
Aunque, para los adictos a los vampiros, lo más interesante resulte el recuento hecho por David Cuevas, titulado "Los vampiros en la literatura" (Mensajero, Diciembre-Febrero 1995), en donde se analiza el Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu y muchos otros vampiros como los de Baudelaire y Goethe. De interés general es también el ensayo "Drácula y Frankenstein, dos geniales mitos", escrito por quien esto firma (Equipo Mensajero Marzo-Junio 1995), en donde se analiza el mensaje contenido tanto en Drácula como en Frankenstein de Mary W. Shelley. a través de las novelas de Brian W. Aldiss, Frankenstein desencadenado y Drácula desencadenado. Sobre el mito natural y el mito novelesco, cabe citar el hermoso librito Sintaxis del vampiro. Una aproximación a su historia natural, de la pluma de Vicente Quirarte (Verdehalago, 1996).
Por cierto, para escribir a la Count Dracula Society, favor de dirigirse a 334 W. 54th Street, Los Angeles, USA. En México, al Draculas Magazine. Lafayette 13-301. Col. Anzures. México 11590.
Ensayo inédito sobre hombres-lobo
Los hombres-lobo no descansan
Janitzio Villamar
Hoy que los cerebros se declaran en huelga a la menor provocación y que sobre los aparadores la ruta de la política cínica transporta enormes cargas de conciencia sin conciencia para vender, para fiar, para que se las lleven con módicos intereses del mil por ciento, los hombres-lobo no descansan. Las transformaciones los unen día con día y sus sindicatos fundan escuela y traspasan la barrera de las argénteas balas que colocan las policías ante los edificios de gobiernos o la mitad de las calles. Sus colmillos ya hieren profundamente las carnes sanguinolentas de los salvajes potentados y esbirros desvergonzados. Sus garras comienzan el derrumbamiento de la moral del empobrecimiento acumulado y de las hambrunas a con rédito a los bolsillos imperiales. Los hombres-lobo no descansan.
La metáfora de la mañana y de la noche que se iluminan una a otra causa profunda rebeldía. Ya nadie cree en los cervatillos; mejor nos los comemos. Ya nadie sale a pescar tarántulas ala luz del día ni figura en los anuncios panorámicos sin presentar el cuerpo sin seda ni percal. El terror es profundo. Y en México lo ha sido más aún, aunque parezca por momento que se acumula y sale de la coladera en forma de presidente sin escrúpulos. El terror no se agota, se transforma a sí mismo y vuelve de una y otra formas a veces en forma de hombre-lobo, otras como vampiro o aparición o posesión o momias o vaya usted a saber, querido comprador.
El terror se imagina como inocuo, desalentador y paranoico, pero es una misiva que lleva detonador, es una bomba deleterea que causa estragos y genera inercia en el movimiento generacional. Por eso los hombres-lobo no descansan; no pueden ni deben descansar: hay que levantarlos de sus tumbas, unir sus partes como Isis hizo con las de Osiris y hacerlos dioses, dioses del mito popular, de la luna que nos transfigura, de la luna que siempre nos acompaña, a veces tan visible que a simple día la podemos ver, a veces reflejando la luz, tan blanca, tan de una sola cara. El terror es peligroso, pero para quienes ven en él lo que de fondo tiene ahora, para quienes ven a través de la ventana del subterfugio, para quienes comprenden el temible gambito.
Hablar de terror es hablar de muchas cosas y tiene subgéneros. En mi caso, los subgéneros son las diferentes creaciones cósmicas, desde los vampiros a
El terror se transforma en metáfora. Mary W. Shelley también intuyó esas posibilidades en el género. Marcel Schwob, Joseph Conrad,Ray Bradbury, Anne Rice, Clive Barrer, Edgar Allan Poe Oscar Wilde y Guy de Maupassant forman parte de la enorme galería de autores que han transitado por él. Permítanme ahora, como a ellos sus lectores, llevarlos a mis mundos de fantasía y terror, a mis mundos de la metáfora.