miércoles, 30 de junio de 2010

Ensayo publicado originalmente en la revista Cariátides, de Tamaulipas

Bram Stoker o el renacimiento del vampirismo

Janitzio Villamar

Bram Stoker, creador de la novela Drácula (1897), que adquirió renombre internacional por la gira teatral emprendida por su autor y un pequeño grupo de actores, es creador de muchos otros relatos, tan interesantes como aquél. Sus temas, por supuesto, no son aleatorios, son parte de una tradición, en la que el mismísimo Drácula se halla inserto, de allí la fantástica mezcla entre el mito de Vlad Tepes, el empalador y la mística de la novela. Esta tradición a la que me refiero es la búsqueda de lo sobrenatural, emprendida por muchos autores de manera articulada, es decir, en conjunto. Aparentemente, cada uno tuvo sus causas, pero....

En la biografía de Tolkien, escrita por Daniel Grotta (Planeta, 1982), el autor nos revela el mundo subterráneo de Cambridge y Oxford, la verdadera causa del florecimiento literario inglés, ese intercambio de opiniones e investigaciones, esa convivencia entre los escritores. Los clubes o sociedades secretas, a las que son admitidos muy selectos miembros, forman parte de la vida literaria inglesa. En 1887 se funda la Golden Dawn in the Outer, sociedad a la que pertenecieron destacados miembros como William B. Yeats, quien obtuviera en 1923 el Premio Nobel de Literatura, Arthur Machen, celebradísimo por Borges, autor de Los tres impostores, Algernon Blackwood, a quien Lovecraft describe como irregular pero genial, Sax Rohmer, creador del personaje Fu-Manchú, Arthur Conan Doyle, que no necesita máyor presentación, Stevenson, el de La isla del tesoro, pero también Virginibus purisque, Haggard, creador de Las minas del rey Salomón y muchos otros. En ellos hay temas recurrentes. Por ejemplo, Stoker toca el tema egipcio en La joya de las siete estrellas (1903), Conan Doyle en Lote n° 249 (c. 1894) y El anillo de Thoth (c. 1894), relatos, y Rider Haggard en La hija de Amón (c.1890) y Cleopatra (1889). Muy cercanas en el tiempo, ¿o no?

A partir de Drácula (1897), surgen numerosas obras que continúan el mito, hasta llegar a los excesos de Saberhagen: The Dracula Tapes, The Holmes-Dracula File, Thorn, An Old Friend of the Family, A Matter of Time y A Question of Time, novelas en que Drácula vuelve a las andanzas, en ocasiones luchando contra nada más y nada menos que Sherlock Holmes. Sin embargo, el caso más interesante proviene del mismo Stoker. Cuando en 1914 su esposa, a dos años de la muerte del Bram Stoker, publica Dracula´s Guest, los editores de inmediato la declaran el principio perdido de Drácula y lo bautizan precisamente así: Dracula´s Guest. Tiempo después, los críticos reconocen que el relato es independiente de la novela, aunque todavía suela editársele como parte de Drácula.

Otro relato de Bram Stoker, y por cierto no menos célebre entre los expertos y los fans, es La madriguera del gusano blanco (1911), excelente novela de género preternatural. No vale la pena resumirla, resulta mejor recomendarla; hay una edición española en Forum, Biblioteca del Terror, 30 (Madrid, 1984). De La joya de las siete estrellas, ya mencionada, existe una edición en Forum, Círculo del Crimen, 93 (Barcelona, 1984). Para La dama del sudario, el Club Diógenes, 71 (Valdemar, 1997). Hasta aquí las novelas. De los relatos, existen ediciones como la de Cuatro veladas con Bram Stoker, autor de Drácula en Nostromo, 26 (Madrid, 1975), que incluye La boca del río Watter (1893), El entierro de las ratas (1895), Las arenas de Crooken (1898) y El secreto del oro creciente (1898), todas muy interesantes. En particular se puede recomendar El entierro de las ratas. De la mencionada Dracula´s Guest, traducida al español como El invitado de Drácula se recomienda la edición incluida en Vampiros, de Ediciones Siruela (Madrid, 1992). Por último, se puede encontrar La casa del juez, magnífica también, en la antología Relatos de miedo de Bruguera, Todolibro 29 (Barcelona, 1980).

Aunque, para los adictos a los vampiros, lo más interesante resulte el recuento hecho por David Cuevas, titulado "Los vampiros en la literatura" (Mensajero, Diciembre-Febrero 1995), en donde se analiza el Carmilla de Joseph Sheridan Le Fanu y muchos otros vampiros como los de Baudelaire y Goethe. De interés general es también el ensayo "Drácula y Frankenstein, dos geniales mitos", escrito por quien esto firma (Equipo Mensajero Marzo-Junio 1995), en donde se analiza el mensaje contenido tanto en Drácula como en Frankenstein de Mary W. Shelley. a través de las novelas de Brian W. Aldiss, Frankenstein desencadenado y Drácula desencadenado. Sobre el mito natural y el mito novelesco, cabe citar el hermoso librito Sintaxis del vampiro. Una aproximación a su historia natural, de la pluma de Vicente Quirarte (Verdehalago, 1996).

Por cierto, para escribir a la Count Dracula Society, favor de dirigirse a 334 W. 54th Street, Los Angeles, USA. En México, al Draculas Magazine. Lafayette 13-301. Col. Anzures. México 11590.

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